La entrada a la propiedad es a través de un camino con sólo unos pocos vecinos. El camino de entrada ha sido bellamente ajardinado con muros de piedra que rodean un olivo centenario como característica central y espacio para aparcar varios coches. El edificio original está lleno de carácter y se remonta a 1900, originalmente utilizado como cabaña de un pastor que ahora se ha convertido en el dormitorio principal con baño en-suite con salida a una terraza privada. El edificio principal fue construido en 1995, con tres dormitorios más en la planta baja, dos baños en suite y un baño compartido. En toda la casa se han utilizado materiales tradicionales mallorquines de alta calidad, como piedra arenisca, vigas de madera y azulejos mediterráneos, que le confieren un encanto rústico. Todos los dormitorios disponen de aire acondicionado individual y calefacción central. La distribución "invertida" de esta propiedad permite disfrutar de las espectaculares vistas al campo desde la cocina-comedor abierta hacia Randa en la parte delantera de la casa, así como desde el salón abierto con chimenea, que da a una gran terraza cubierta en la planta superior, donde podrá entretenerse o escuchar el canto de los pájaros mientras disfruta de una bebida fría a la sombra. Toda la parcela amurallada de 14.823 m² ofrece total privacidad y mucho espacio al aire libre para disfrutar del clima cálido, con un gran jardín con árboles frutales como naranjos, limoneros, pomelos y olivos silvestres.
Con una superficie de 327 km², el municipio de Llucmajor es el más extenso de la isla balear de Mallorca. Alrededor de 37.000 habitantes hablan las lenguas oficiales catalán y español. El municipio de Llucmajor comprende 16 pueblos. Una de ellas es la pequeña ciudad del mismo nombre. Con unos 12.500 habitantes, es el centro administrativo del municipio. La zona costera de Llucmajor se caracteriza por un litoral escarpado con bahías estrechas. Se encuentra a unos 15 kilómetros del aeropuerto de Palma y a los pies del Puig de Randa. El hecho de que también esté a unos 15 kilómetros de la costa contribuye a que la ciudad no sea turística. Esto demuestra lo grandes que pueden ser las diferencias en la isla balear: A pocos kilómetros hay ambiente de fiesta, pero en Llucmajor encontrará el recogimiento y la tranquilidad que caracterizan a Mallorca tanto como a Ballermann, por ejemplo. Los habitantes del pueblo, que es sinónimo de paz y tranquilidad, viven principalmente de la agricultura y la producción de calzado. El paisaje urbano es idílico y digno de ver: hermosas casas, a veces antiguas, y calles estrechas hacen de Llucmajor un lugar tan singular como la lonja de pescado, construida en 1915, y la plaza del mercado, situada en el centro del pueblo. Aquí también se encuentran la mayoría de los restaurantes y cafeterías. Esta imagen idílica se ve reforzada por los campos de almendros y albaricoqueros que rodean el pueblo.
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